El doctor Maarten Vander Berg es irreverente y si tiene algo que decir, lo dice. Por eso hace un par de años le preguntó al estilista David Deibis: “¿por qué tienes una sonrisa que no va con tu imagen?”, y desde que se la cambió por completo, nada ha sido igual. Pasó de ser un odontólogo, a ser el odontólogo oficial del Miss Venezuela.
Dice tener tatuado a Yordano por ser lo que más escuchaba su mamá cuando niño, y aunque se despidió de ella hace un par de semanas, canciones como Locos de amor siempre le recordarán los viajes en carro que realizaban juntos.

En 2006, Maarten hizo una cola durante varias horas para conocer a Madonna en el programa Total request live de MTV en Nueva York (EE.UU) donde promocionaría su álbum Confessions on a dance floor, mientras que el profesional se encontraba en la ciudad haciendo posgrado de estética. Cuenta que pudo hablar con ella y verla en varias ocasiones. De hecho, la interprete de Living for love le dijo: “Eres tan buen fan que me estoy preocupando”, cuando se lo encontró de frente en una discoteca.
De no haber sido odontólogo, le hubiese gustado ser como Neil Patrick Harris o Huck Jackman y aunque no es de dedicar canciones, recuerda que su novio Jesús D’Auria le dedicó Tumbayé de Oscarcito para demostrarle que «llevaba meses con las ganas de robarle un beso y noches deseándolo en silencio».
Pasaron los días y la emoción por Madonna aumentó. Maarten viajó a Miami para asistir a los dos conciertos que realizó la Reina del Pop y cuando salió del segundo, no contuvo las ganas de llorar. Se dio cuenta que era económicamente independiente y hasta ahora lo mantiene. Tiempo después, todo acabó. La apasionante historia llegó a su fin porque la carrera de su ídola, dejó de gustarle. “Tuvimos nuestras diferencias y me separé”, dijo entre risas.
Broadway
Así que pasó de Like a virgin al mágico mundo de Broadway, donde la banda sonora del Rey León lo han acompañado hasta incluso coproducir Despertar de primavera junto a los actores Mimi Lazo y Luis Fernández. “Fue amor a primera vista”, dice Vander Berg cuando vio por primera vez el musical en Manhattan, a pesar de que tuvo que comprar las entradas más baratas para llevar al amigo que lo dejó vivir en su casa –mientras terminaba el posgrado- y para tener a alguien con quien comentar el show que tanto deseaba ver. Hasta la fecha, ha visto el musical ocho veces y no descarta verlo una vez más.